Actualmente el planeta sufre las consecuencias de un desastre que hoy, casi todos conocemos, Japón. Esto me hace reflexionar sobre la manera en que vivimos. Para aquellos que no les ha quedado claro la dimensión del desastre o simplemente no se han interesado por el tema, aquí les cuento una pequeña introducción, sobre, tal vez, uno de las peores catástrofes en la historia humana y sin duda alguna, la peor en la historia de Japón.

En el puerto comercial de Fukushima, había plantas de energía nuclear, que son las únicas que pueden satisfacer las necesidades de la industria de un país con la segunda economía más fuerte del mundo, de la manera más limpia y eficiente. El problema, es que los riesgos que se corren con la energía nuclear son muy altos. Una planta necesita atención de personal permanentemente, para poder controlar el proceso de producción energética y la radiación generada. En el momento en que el tsunami arrasó, causó un desastre nuclear. Hoy se está controlando lo mayor posible, pero los Japoneses sufren otra vez de la radiación en el ambiente. Los peligros que puede causar esta planta si no se controla pueden ser muy graves, peores que cualquiera antes visto.
Si vemos que al generarse un desastre nuclear de las magnitudes de Fukushima o Chernóbil, nos cuesta solucionar el daño y controlar el desastre que tiene un tiempo muy largo de extinción, pensemos que puede pasar en unas condiciones un poco más extremas, que pueden ocurrir en el futuro con el sostenimiento de la energía nuclear.

Cómo es posible que el planeta sufra por lo que nosotros hicimos mal. Yo sé que los cambios son constantes y normales en el universo, pero va ha caer la tierra una de las variables más interesantes y únicas de esa incógnita eterna que llamamos universo…

Si puede pasar, pero podemos intentar evitarlo. Día a día el hombre en su gran capacidad intelectual genera e inventa nuevas formas de producir energía alternativa. Cada vez encontramos más cosas que logran suplir las necesidad del mundo contemporáneo y el futuro de la raza humana sin dañar a la tierra. Poco a poco podemos ir desechando la energía nuclear. Lo único que tenemos que hacer es no dejar que el beneficio de unos pocos, perjudique a todos los que vivimos en la tierra.
A largo plazo, si no paramos las equivocaciones de nuestra especie, si no generamos el cambio, somos también responsables de la destrucción.
ATALAYA.
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