
Hoy, para dar un ejemplo del tema, escogeré una expresión en particular. Todos hemos escuchado, en un lugar u otro, a alguien que dice según una determinada situación, -¡Por el amor de Dios!-. Esta es una expresión cotidiana que cuando es empleada en el diario vivir tiene un significado, pero cuando es analizada de manera literal es otra cosa completamente distinta. Me imagino que la expresión surgió en las raíces antiguas de nuestra cultura, que tenía un enfoque religioso muy marcado, manifestándose constantemente en el lenguaje. Ahora que somos los herederos de ello ¿Qué puede darnos a entender?...
En realidad no podría afirmar cuál era el uso de ésta frase en sus recónditos orígenes, pero lo que sí puedo concluir es lo que me dice hoy. Generalmente ésta expresión es usada en una situación que supera la cotidianidad, que sorprende a los presentes, algo fuera de lo normal. Lo curioso es que la aplicación de ésta expresión en su mayoría, al menos hasta donde yo he notado, se usa en situaciones negativas. Por ejemplo, cuando alguien se pega, otra persona dice –¡Por el amor de Dios¡-, lo cual significaría que ¿se pegó por el amor de Dios? Tal vez sí, por lo menos ese es su significado literal. En otro caso un sujeto atropella a una persona, y dice: -¡Lo atropellé, por el amor de Dios!-, su significado está aludiendo, en el uso cotidiano, a un desespero, una crisis, pero en un análisis del significado literal nuevamente nos sugiere otra cosa muy diferente, un evento que ocurre por el amor de dios. Por lo cual, nos podemos dar cuenta cuan distinto puede ser un significado de una misma cosa, usada en contextos distintos. Muchas veces pasa que usamos frases comúnmente normales, que ahora analizadas pueden verse de distintas maneras.
Ahora bien, Sí hay actos con repercusiones negativas que se hacen POR el amor de Dios. Que explícitamente expresan el amor A Dios. En la sociedad se puede pasar de una frase que no hace daño, a actos suicidas que acaban con la vida de muchas personas, dadas por diversas interpretaciones de la religión en el lenguaje, o de los textos sagrados.
Con estos casos del lenguaje, podemos concluir dos aspectos muy importantes, los cuales quiero resaltar: la Interpretación y el lenguaje en la vida diaria. Por un lado las manifestaciones de la comunicación, pueden interpretarse de maneras distintas, dando significados distintos, con resultados distintos. Y por otra parte, esta el lenguaje cotidiano, las expresiones de la cultura, que significan una cosa en la comunicación de las personas y su forma de expresarse, pero cuando son analizadas por las reglas del lenguaje, muestran significados diferentes. Y esto es lo más interesante: ¿Cómo llegamos a decir una cosa que entendemos, pero que las reglas que nosotros mismos hicimos para entendernos dicen que son otra cosa distinta?... Es realmente rara la manera en que surge la comunicación cotidiana. Hay algo, muy interesante que decía un filósofo austriaco llamado Ludwig Wittgenstein: el lenguaje es sólo un reflejo de nuestra forma de ver el mundo, de la manera que nos comportamos.
En conclusión todo es una cuestión de interpretar, de cómo uno entiende las palabras o frases de la cotidianidad. Invito hoy al lector a que se pregunte por ello, por aquellas cosas aceptamos, aquello que damos por sentado y que en el hablar diario tienen un significado, pero en su literalidad, son otra cosa distinta.
ATALAYA.
Me gusta mucho amigo ATALAYA. Muy bien pensado.
ResponderEliminarATT: José.
Gracias José!
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